De la serie Juegos II. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 125x90cm. Año: 2003
Silencio I. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 125x90cm. Año: 2003
Naturaleza casi muerta. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 125x90cm. Año: 2002
Después de siglos de pintura, es imposible volver a pintar sin esa memoria. El pintor crea su propia memoria de la pintura. La memoria es un cuerpo de elección formado por motivaciones varias. Por eso varía tanto de pintor a pintor. Y la tendencia es variar todavía más. En un tiempo en que la estrategia estética del “ismo” no constituye en si misma un proceso de afirmación y de comunicación del artista, la libertad es la naturaleza de la propia actividad artística.
Muchas de las memorias de la pintura del cubano Gabriel Gutiérrez ázquez lo son también de la pintura internacional del siglo XX; la ausencia del paisaje de los objetivos cotidianos del arte metafísico y la inversión simbólica del expresionismo en los mismos. Gabriel Gutiérrez Vázquez abunda en dos temas clásicos de la pintura occidental: la naturaleza muerta y el paisaje.
La mesa, la esfera, la espina del pescado, el barco, aquel que el niño aprende a construir partiendo de los dobleces de una hoja de papel, constituyen imágenes de objetos persistentes en la pintura de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Están trazados con simplicidad y firmeza, delineando contornos sobre planos tensos; a partir de materias oscuras, densas, expresión de ambientes amenazados.
La melancolía, la ausencia y el abandono envuelven estos barcos encallados en la mesa, dentro de la botella, cadentes en el acuario o confinados a los límites circulares del plato. Y cuál es la esencia de un cubo rojo en el centro de una mesa desnuda, en una sala saturada de un vacío que nos reporta a Van Gogh?. Tal vez la misma que la de la única figura humana presente en esta serie de pinturas recientes de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Un niño solitario, de pie, con las manos en los bolsillos y el rostro oculto por una mesa que casi iguala su altura: un niño escondido del mundo. El devaneo ïntimo y sus expectativas lúdicas sin solución. El rostro del enigma. La única solución posible para un cubo rojo sobre la austeridad antigua de aquella mesa.
Antonio Rodrigues.
Crítico de arte.
Portugal
Muchas de las memorias de la pintura del cubano Gabriel Gutiérrez ázquez lo son también de la pintura internacional del siglo XX; la ausencia del paisaje de los objetivos cotidianos del arte metafísico y la inversión simbólica del expresionismo en los mismos. Gabriel Gutiérrez Vázquez abunda en dos temas clásicos de la pintura occidental: la naturaleza muerta y el paisaje.
La mesa, la esfera, la espina del pescado, el barco, aquel que el niño aprende a construir partiendo de los dobleces de una hoja de papel, constituyen imágenes de objetos persistentes en la pintura de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Están trazados con simplicidad y firmeza, delineando contornos sobre planos tensos; a partir de materias oscuras, densas, expresión de ambientes amenazados.
La melancolía, la ausencia y el abandono envuelven estos barcos encallados en la mesa, dentro de la botella, cadentes en el acuario o confinados a los límites circulares del plato. Y cuál es la esencia de un cubo rojo en el centro de una mesa desnuda, en una sala saturada de un vacío que nos reporta a Van Gogh?. Tal vez la misma que la de la única figura humana presente en esta serie de pinturas recientes de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Un niño solitario, de pie, con las manos en los bolsillos y el rostro oculto por una mesa que casi iguala su altura: un niño escondido del mundo. El devaneo ïntimo y sus expectativas lúdicas sin solución. El rostro del enigma. La única solución posible para un cubo rojo sobre la austeridad antigua de aquella mesa.
Antonio Rodrigues.
Crítico de arte.
Portugal
i like your work--very tatile: I can feel the worn leather on the scrabble cup, see the warm yellow glow cast by the oil lamp, the quiet of the fish bowl.
ReplyDelete