Premio del Salón de Arte Contemporáneo de la UNEAC, 2008
Monday, April 13, 2009
Currículum
GABRIEL GUTIERREZ VAZQUEZCamagüey, Cuba, 1945.
1965- Graduado en Dibujo, Pintura y Escultura en la Escuela Taller de Artes Plásticas “José Martí”. Camagüey, Cuba.
1979- Título de Nivel Medio de Artes Plásticas como Profesor de Dibujo, Pintura y Escultura. Dirección Nacional de Enseñanza Artística. La Habana, Cuba.
1992- Licenciado con Título de Oro en Educación Esp. Educación Plástica en el Instituto Superior Pedagógico “José Martí”. Camagüey, Cuba.
ULTIMAS EXPOSICIONES PERSONALES
2010- Galeria ARC-16, "Paisajes". Faro, Portugal.
2009- Galeria Universidad Rio de Janeiro. Congreso LASA, " Insularidad y Escape". Brasil
2007- Galería Proyecto Cultural Ejo, Exposición ¨Paisajes¨ Camagüey, Cuba
2006- Galería La Acacia Exposición ¨Otras Señales¨ C. de La Habana, Cuba.
2006- Galería Oficina del Historiador. Exposición “ Y se hizo la Luz”, Camagüey, Cuba.
2005- Galería Centro de Arte, Exposición “Señales”, Camaguey, Cuba.
Galería Nicolás Guillén. Exposición "Retrospectiva". Camagüey, Cuba.
2004- Galería Spiritu Santo "Desde mi Universo". Loulé, Portugal.
Galería ARC-16. Exposición "Oleos de Gabriel". Faro, Portugal.
2002- Galería Miranda, Institución Cultural EJO. Exposición "Proyectos". Camagüey, Cuba.
Galería de Arte Casa de América Latina. Exposición "Zona de Silencio". Lisboa, Portugal.
2001- Galería Salvador Cisneros. Exposición "Retrospectiva". Camagüey, Cuba.
ULTIMAS EXPOSICIONES COLECTIVAS
2010 Galería Roxbury Communite College , Exposición "El Viaje Imaginario". Boston, USA.
Galeria Nicolás Guillen". Exposición "Visión de Curadores". Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce. Exposición "Homenaje Múltiple". Camagüey, Cuba.
Galería Jorge Santos. Exposición "Autoretratos: Ahora Antes y Después". Camagüey, Cuba.
Galería de Arte Cámara Municipal de Vila Real de Sto. Antonio."Homenaje II". Portugal.
2009 Galería Nicolás Guillén. Exposición "Ciudad". Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce. Exposición "Homenaje III". Camagüey, Cuba.
Galería Centro de Arte. Exposición "Retratos de la Idea y del Natural". Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce. Exposición "Interconexiones". Camagüey, Cuba.
Galería Julián Morales, UNEAC. Exposición "Grandes que hacen pequeño". Camagüey, Cuba.
Galería ARC-16. Exposición "Homenaje". Faro, Portugal.
2008 Galería Julián Morales, UNEAC. Exposición "Regeneración". Camagüey, Cuba.
Galería Miranda, Institución Cultural EJO. Exposición ¨ Eros y Arte¨, Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce de León. Exposición ¨Para ver los Setenta Otra Vez¨, Camagüey, Cuba.
Galería Palacio de las Convenciones. Exposición ¨47 Artistas y Escritores¨, C. Habana, Cuba.
Galería Consejo Prov. Artes Plásticas. Exposición “Salón de Artes Visuales Fidelio Ponce”,
Camagüey, Cuba.
Galería Consejo Prov. Artes Plásticas. Exposición “Grandes que hacen pequeño”, Camagüey,
Cuba.
Galería de Arte Julián Morales, UNEAC.”Salón de Arte Contemporáneo”, Camagüey, Cuba.
Galería de Arte Universal "Alejo Carpentier". Exposición "Galería Ciudad". Camagüey, Cuba.
2007 Galería Amalia FCBC. Exposición "Contexto Plural". Camagüey.Cuba
Galería Galiano. Exposición ¨Contexto Plural¨, Ciudad de La Habana, Cuba.
2006 Galería Casa Natal Ignacio Agramonte. Primer Salón Regional de Pequeño Formato". Camagüey,
Cuba.
Galería Biblioteca Nacional. Exposición "Chatarra Viva". Ciudad de La Habana, Cuba.
Galería Teatro Nacional. Exposición "Chatarra Viva". Ciudad de la Habana, Cuba.
2005- Galería Centro de Arte. Exposición “Confluencias”, Camagüey, Cuba.
Galería Centro de Arte, Exposición “Chatarra Viva” Camagüey, Cuba.
2004- Galería Salvador Cisneros. Exposición ¨Reencuentros¨. Camagüey, Cuba.
2002- Galería San Bras de Alportel. Exposición "Pintura Cubana". Portugal.
David Lawrence Gallery. Expo. "Cuban Art Today". Los Angeles, California.
Galería Fundación Pedro Ruivo. "Tres Pintores Cubanos". Faro, Portugal.
Galería Museo Jorge Vieira. Exposición "Pintura Cubana". Beja, Portugal.
2001- Caracola Latin American Fine Art. Gallery. "Tropicalismo". Los Angeles, California, E.U.A.
2000- Galería de Arte Centro Cultural Borges.Exposición "Imágenes de la Isla". Buenos Aires, Argentina.
Galería de Arte Museo Arqueológico de Faro. Exposición "Entre Aguas". Faro, Portugal.
Galería Palacio Don Manuel. Exposición "Vientos". Evora, Portugal.
PREMIOS Y MENCIONES
2008-Gran Premio Salón de Arte Contemporáneo de la UNEAC, Camagüey, Cuba
1994- Premio UNEAC, XI Salón Fidelio Ponce de León. Camagüey, Cuba.
Premio XI Salón Fidelio Ponce de León. Camagüey, Cuba.
1988- Mención en Dibujo, Salón Fidelio Ponce de León. Camagüey, Cuba.
1986- Gran Premio IV Salón UNEAC. Camagüey, Cuba.
1985- Gran Premio III Salón UNEAC. Camagüey, Cuba.
1971- Premio de Escultura, Salón Nacional, Museo Nacional de Bellas Artes. La Habana, Cuba.
OTROS DATOS
Participa en los Salones Internacionales de Dibujo Joan Miró en Barcelona, España en los años 1971, 1984 y 1985.
Participa en el Salón de la Galería de Arte Latinoamericano del Centro Cultural George Pompidou, Paris, Francia. 1985.
Invitado por el Ballet Nacional de Cuba a la Exposición Homenaje a Alicia Alonso en el Gran Teatro “García Lorca” La Habana, Cuba. 1985.
Miembro de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos (AIAP)
Miembro de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba).
Miembro de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) EUA.
Obras en la Sala permanente de la Cultura Cubana del Museo Provincial Ignacio Agramante, Camagüey, Cuba.
Obra en la Sala Permanente del Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de Evora, Portugal.
Obra en la Sala Permanente del Museo Municipal de la Ciudad de Faro, Portugal.
Obras en colecciones estatales y privadas en México, El Salvador, República Dominicana,Puerto Rico, Colombia, Argentina, Polonia, Hungría, Italia, República Checa, Bulgaria, Suiza, Bélgica, Francia, España y Portugal
RECONOCIMIENTOS
Distinción Nacional "Raúl Gómez García" por la docencia artística. 1997 Distinción "Espejo de Paciencia" del Consejo Provincial de Cultura de Camagüey. 2001
Distinción por la Cultura Nacional. 2002
Distinción Fidelio Ponce de León por la Obra de la Vida¨ 2005.
Distinción de Hijo Ilustre de la Provincia de Camagüey¨ 2006 .
Se le dedica junto a la artista Flora Fong la Semana de la Cultura en Camagüey. 2008
1965- Graduado en Dibujo, Pintura y Escultura en la Escuela Taller de Artes Plásticas “José Martí”. Camagüey, Cuba.
1979- Título de Nivel Medio de Artes Plásticas como Profesor de Dibujo, Pintura y Escultura. Dirección Nacional de Enseñanza Artística. La Habana, Cuba.
1992- Licenciado con Título de Oro en Educación Esp. Educación Plástica en el Instituto Superior Pedagógico “José Martí”. Camagüey, Cuba.
ULTIMAS EXPOSICIONES PERSONALES
2010- Galeria ARC-16, "Paisajes". Faro, Portugal.
2009- Galeria Universidad Rio de Janeiro. Congreso LASA, " Insularidad y Escape". Brasil
2007- Galería Proyecto Cultural Ejo, Exposición ¨Paisajes¨ Camagüey, Cuba
2006- Galería La Acacia Exposición ¨Otras Señales¨ C. de La Habana, Cuba.
2006- Galería Oficina del Historiador. Exposición “ Y se hizo la Luz”, Camagüey, Cuba.
2005- Galería Centro de Arte, Exposición “Señales”, Camaguey, Cuba.
Galería Nicolás Guillén. Exposición "Retrospectiva". Camagüey, Cuba.
2004- Galería Spiritu Santo "Desde mi Universo". Loulé, Portugal.
Galería ARC-16. Exposición "Oleos de Gabriel". Faro, Portugal.
2002- Galería Miranda, Institución Cultural EJO. Exposición "Proyectos". Camagüey, Cuba.
Galería de Arte Casa de América Latina. Exposición "Zona de Silencio". Lisboa, Portugal.
2001- Galería Salvador Cisneros. Exposición "Retrospectiva". Camagüey, Cuba.
ULTIMAS EXPOSICIONES COLECTIVAS
2010 Galería Roxbury Communite College , Exposición "El Viaje Imaginario". Boston, USA.
Galeria Nicolás Guillen". Exposición "Visión de Curadores". Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce. Exposición "Homenaje Múltiple". Camagüey, Cuba.
Galería Jorge Santos. Exposición "Autoretratos: Ahora Antes y Después". Camagüey, Cuba.
Galería de Arte Cámara Municipal de Vila Real de Sto. Antonio."Homenaje II". Portugal.
2009 Galería Nicolás Guillén. Exposición "Ciudad". Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce. Exposición "Homenaje III". Camagüey, Cuba.
Galería Centro de Arte. Exposición "Retratos de la Idea y del Natural". Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce. Exposición "Interconexiones". Camagüey, Cuba.
Galería Julián Morales, UNEAC. Exposición "Grandes que hacen pequeño". Camagüey, Cuba.
Galería ARC-16. Exposición "Homenaje". Faro, Portugal.
2008 Galería Julián Morales, UNEAC. Exposición "Regeneración". Camagüey, Cuba.
Galería Miranda, Institución Cultural EJO. Exposición ¨ Eros y Arte¨, Camagüey, Cuba.
Galería Fidelio Ponce de León. Exposición ¨Para ver los Setenta Otra Vez¨, Camagüey, Cuba.
Galería Palacio de las Convenciones. Exposición ¨47 Artistas y Escritores¨, C. Habana, Cuba.
Galería Consejo Prov. Artes Plásticas. Exposición “Salón de Artes Visuales Fidelio Ponce”,
Camagüey, Cuba.
Galería Consejo Prov. Artes Plásticas. Exposición “Grandes que hacen pequeño”, Camagüey,
Cuba.
Galería de Arte Julián Morales, UNEAC.”Salón de Arte Contemporáneo”, Camagüey, Cuba.
Galería de Arte Universal "Alejo Carpentier". Exposición "Galería Ciudad". Camagüey, Cuba.
2007 Galería Amalia FCBC. Exposición "Contexto Plural". Camagüey.Cuba
Galería Galiano. Exposición ¨Contexto Plural¨, Ciudad de La Habana, Cuba.
2006 Galería Casa Natal Ignacio Agramonte. Primer Salón Regional de Pequeño Formato". Camagüey,
Cuba.
Galería Biblioteca Nacional. Exposición "Chatarra Viva". Ciudad de La Habana, Cuba.
Galería Teatro Nacional. Exposición "Chatarra Viva". Ciudad de la Habana, Cuba.
2005- Galería Centro de Arte. Exposición “Confluencias”, Camagüey, Cuba.
Galería Centro de Arte, Exposición “Chatarra Viva” Camagüey, Cuba.
2004- Galería Salvador Cisneros. Exposición ¨Reencuentros¨. Camagüey, Cuba.
2002- Galería San Bras de Alportel. Exposición "Pintura Cubana". Portugal.
David Lawrence Gallery. Expo. "Cuban Art Today". Los Angeles, California.
Galería Fundación Pedro Ruivo. "Tres Pintores Cubanos". Faro, Portugal.
Galería Museo Jorge Vieira. Exposición "Pintura Cubana". Beja, Portugal.
2001- Caracola Latin American Fine Art. Gallery. "Tropicalismo". Los Angeles, California, E.U.A.
2000- Galería de Arte Centro Cultural Borges.Exposición "Imágenes de la Isla". Buenos Aires, Argentina.
Galería de Arte Museo Arqueológico de Faro. Exposición "Entre Aguas". Faro, Portugal.
Galería Palacio Don Manuel. Exposición "Vientos". Evora, Portugal.
PREMIOS Y MENCIONES
2008-Gran Premio Salón de Arte Contemporáneo de la UNEAC, Camagüey, Cuba
1994- Premio UNEAC, XI Salón Fidelio Ponce de León. Camagüey, Cuba.
Premio XI Salón Fidelio Ponce de León. Camagüey, Cuba.
1988- Mención en Dibujo, Salón Fidelio Ponce de León. Camagüey, Cuba.
1986- Gran Premio IV Salón UNEAC. Camagüey, Cuba.
1985- Gran Premio III Salón UNEAC. Camagüey, Cuba.
1971- Premio de Escultura, Salón Nacional, Museo Nacional de Bellas Artes. La Habana, Cuba.
OTROS DATOS
Participa en los Salones Internacionales de Dibujo Joan Miró en Barcelona, España en los años 1971, 1984 y 1985.
Participa en el Salón de la Galería de Arte Latinoamericano del Centro Cultural George Pompidou, Paris, Francia. 1985.
Invitado por el Ballet Nacional de Cuba a la Exposición Homenaje a Alicia Alonso en el Gran Teatro “García Lorca” La Habana, Cuba. 1985.
Miembro de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos (AIAP)
Miembro de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba).
Miembro de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) EUA.
Obras en la Sala permanente de la Cultura Cubana del Museo Provincial Ignacio Agramante, Camagüey, Cuba.
Obra en la Sala Permanente del Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de Evora, Portugal.
Obra en la Sala Permanente del Museo Municipal de la Ciudad de Faro, Portugal.
Obras en colecciones estatales y privadas en México, El Salvador, República Dominicana,Puerto Rico, Colombia, Argentina, Polonia, Hungría, Italia, República Checa, Bulgaria, Suiza, Bélgica, Francia, España y Portugal
RECONOCIMIENTOS
Distinción Nacional "Raúl Gómez García" por la docencia artística. 1997 Distinción "Espejo de Paciencia" del Consejo Provincial de Cultura de Camagüey. 2001
Distinción por la Cultura Nacional. 2002
Distinción Fidelio Ponce de León por la Obra de la Vida¨ 2005.
Distinción de Hijo Ilustre de la Provincia de Camagüey¨ 2006 .
Se le dedica junto a la artista Flora Fong la Semana de la Cultura en Camagüey. 2008
EL ENIGMA DEL CUBO ROJO. Antonio Rodrigues
De la serie Juegos II. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 125x90cm. Año: 2003
Silencio I. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 125x90cm. Año: 2003
Naturaleza casi muerta. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 125x90cm. Año: 2002
Después de siglos de pintura, es imposible volver a pintar sin esa memoria. El pintor crea su propia memoria de la pintura. La memoria es un cuerpo de elección formado por motivaciones varias. Por eso varía tanto de pintor a pintor. Y la tendencia es variar todavía más. En un tiempo en que la estrategia estética del “ismo” no constituye en si misma un proceso de afirmación y de comunicación del artista, la libertad es la naturaleza de la propia actividad artística.
Muchas de las memorias de la pintura del cubano Gabriel Gutiérrez ázquez lo son también de la pintura internacional del siglo XX; la ausencia del paisaje de los objetivos cotidianos del arte metafísico y la inversión simbólica del expresionismo en los mismos. Gabriel Gutiérrez Vázquez abunda en dos temas clásicos de la pintura occidental: la naturaleza muerta y el paisaje.
La mesa, la esfera, la espina del pescado, el barco, aquel que el niño aprende a construir partiendo de los dobleces de una hoja de papel, constituyen imágenes de objetos persistentes en la pintura de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Están trazados con simplicidad y firmeza, delineando contornos sobre planos tensos; a partir de materias oscuras, densas, expresión de ambientes amenazados.
La melancolía, la ausencia y el abandono envuelven estos barcos encallados en la mesa, dentro de la botella, cadentes en el acuario o confinados a los límites circulares del plato. Y cuál es la esencia de un cubo rojo en el centro de una mesa desnuda, en una sala saturada de un vacío que nos reporta a Van Gogh?. Tal vez la misma que la de la única figura humana presente en esta serie de pinturas recientes de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Un niño solitario, de pie, con las manos en los bolsillos y el rostro oculto por una mesa que casi iguala su altura: un niño escondido del mundo. El devaneo ïntimo y sus expectativas lúdicas sin solución. El rostro del enigma. La única solución posible para un cubo rojo sobre la austeridad antigua de aquella mesa.
Antonio Rodrigues.
Crítico de arte.
Portugal
Muchas de las memorias de la pintura del cubano Gabriel Gutiérrez ázquez lo son también de la pintura internacional del siglo XX; la ausencia del paisaje de los objetivos cotidianos del arte metafísico y la inversión simbólica del expresionismo en los mismos. Gabriel Gutiérrez Vázquez abunda en dos temas clásicos de la pintura occidental: la naturaleza muerta y el paisaje.
La mesa, la esfera, la espina del pescado, el barco, aquel que el niño aprende a construir partiendo de los dobleces de una hoja de papel, constituyen imágenes de objetos persistentes en la pintura de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Están trazados con simplicidad y firmeza, delineando contornos sobre planos tensos; a partir de materias oscuras, densas, expresión de ambientes amenazados.
La melancolía, la ausencia y el abandono envuelven estos barcos encallados en la mesa, dentro de la botella, cadentes en el acuario o confinados a los límites circulares del plato. Y cuál es la esencia de un cubo rojo en el centro de una mesa desnuda, en una sala saturada de un vacío que nos reporta a Van Gogh?. Tal vez la misma que la de la única figura humana presente en esta serie de pinturas recientes de Gabriel Gutiérrez Vázquez. Un niño solitario, de pie, con las manos en los bolsillos y el rostro oculto por una mesa que casi iguala su altura: un niño escondido del mundo. El devaneo ïntimo y sus expectativas lúdicas sin solución. El rostro del enigma. La única solución posible para un cubo rojo sobre la austeridad antigua de aquella mesa.
Antonio Rodrigues.
Crítico de arte.
Portugal
‘’DISCURSO SOBRE EL TREMENDO DESAMPARO’’. Por Joel Jover
La Tarde. Técnica: mixta/lienzo. Dimensión: 100x90 cm. Año: 2004
Sin Título I. Técnica: mixta/lienzo. Dimensión: 100x150 cms. Año: 1998
Crepúsculo. Técnica: mixta/cartulina. Dimensión: 65x60 cm. Año: 1998
Toda la obra de Gabriel Gutiérrez, expuesta parece apuntar a un objetivo único: desentrañar la verdadera faz del desamparo.
Tanto la disposición de los elementos como ellos mismos, llevan a este tema y sin duda lo hacen con una tremenda efectividad.
Gabriel maneja el idioma que propone y conoce los giros acordes para el discurso plástico que desea trasmitir. Su obra, verdadera reiteración de un tema único, logra algo bien difícil en las artes plásticas, proponer varias alternativas formales en la solución de un mismo contenido, sin crear en el espectador la sensación de tedio y logrando que cada obra se convierta en pieza singular.
Los dibujos de ejecución impecable transitan desde reminiscencias pop-art, tendencia que por muchos años cultivó el autor con reconocida efectividad, hasta una especie de surrealismo muy actual que da a las obras ese aire de misterio, que si bien las aleja un tanto de las producciones impersonales del último arte que cunde en el país, hace cada pieza, verdadera joya desde el punto de vista afectivo y humano.
El arte que nos propone Gabriel es monocorde, como monocorde es su manera de componer. La hoja se divide siempre en dos campos. Encima, el mundo amenazador y gestual donde todo es posible y del que no sabemos casi nada, como no sea algo que está por suceder; igual que las tempestades este es un mundo en movimiento, fuerte, cargado de fatales presagios. Debajo el hombre mismo o las cosas que de una u otra manera le pertenecen o le pertenecieron.
El denominador común de esta presencia es el desamparo, como si Gabriel compadeciera al ser humano, sólo, frente a las inclemencias de un mundo telúrico que lo amenaza constantemente.
Para esto se vale del desmesurado empequeñecimiento de la figura, en contraste con la inconmesurable dimensión de lo que amenaza.
Vistos así los dibujos de Gabriel Gutiérrez son un alegato a la solidaridad entre los hombres, un canto a la comprensión de la soledad en que las circunstancias pueden sumir al individuo, pero son sobre todo una lección de imaginación y oficio, aspectos de los cuales adolece cierto sector de nuestro arte “ más moderno”.
Joel Jover
Pintor y crítico de arte
Tanto la disposición de los elementos como ellos mismos, llevan a este tema y sin duda lo hacen con una tremenda efectividad.
Gabriel maneja el idioma que propone y conoce los giros acordes para el discurso plástico que desea trasmitir. Su obra, verdadera reiteración de un tema único, logra algo bien difícil en las artes plásticas, proponer varias alternativas formales en la solución de un mismo contenido, sin crear en el espectador la sensación de tedio y logrando que cada obra se convierta en pieza singular.
Los dibujos de ejecución impecable transitan desde reminiscencias pop-art, tendencia que por muchos años cultivó el autor con reconocida efectividad, hasta una especie de surrealismo muy actual que da a las obras ese aire de misterio, que si bien las aleja un tanto de las producciones impersonales del último arte que cunde en el país, hace cada pieza, verdadera joya desde el punto de vista afectivo y humano.
El arte que nos propone Gabriel es monocorde, como monocorde es su manera de componer. La hoja se divide siempre en dos campos. Encima, el mundo amenazador y gestual donde todo es posible y del que no sabemos casi nada, como no sea algo que está por suceder; igual que las tempestades este es un mundo en movimiento, fuerte, cargado de fatales presagios. Debajo el hombre mismo o las cosas que de una u otra manera le pertenecen o le pertenecieron.
El denominador común de esta presencia es el desamparo, como si Gabriel compadeciera al ser humano, sólo, frente a las inclemencias de un mundo telúrico que lo amenaza constantemente.
Para esto se vale del desmesurado empequeñecimiento de la figura, en contraste con la inconmesurable dimensión de lo que amenaza.
Vistos así los dibujos de Gabriel Gutiérrez son un alegato a la solidaridad entre los hombres, un canto a la comprensión de la soledad en que las circunstancias pueden sumir al individuo, pero son sobre todo una lección de imaginación y oficio, aspectos de los cuales adolece cierto sector de nuestro arte “ más moderno”.
Joel Jover
Pintor y crítico de arte
ESCULTORES CUBANOS, por Manuel López Oliva
En el Salón Nacional de La Habana’71 en el Museo de Bellas Artes se encuentra expuesta una muestra de los artistas más representativos del país. En la misma hay formas que se repiten hasta la saciedad, pareciera que la escultura se adaptara a los hábitos visuales de académicos o “ especialistas “ standars, porque era lo que respondía a los modos de recepción cultural vigentes y ya gastados por el uso, y, de hecho, fáciles de evaluar. Por supuesto – como es de suponer- hay excepciones destacándose un conjunto de obras de Gabriel Gutiérrez que nos llamó poderosamente la atención. Sus piezas tienden a otra cosa, a una intención más allá de lo habitual, a una toma de posesión sensible, estética y mental más atrevida y seria. Martí decía que “ no todos tenían mirada de largo alcance” para mirar a quienes vuelan alto. Sus piezas requieren de otro modo de percepción, en ellas hay un poder de síntesis y de dimensión simbólica que le imprimen un sentido totalmente diferente, nuevo, tenemos la sensación de que “ sus esculturas se enfrentan a la escultura “ uno de los aspectos más importantes en la obra de Gabriel Gutiérrez es su quehacer ininterrumpido, su retomar lo mejor de cada cosa hecha, hace unos meses asistimos a una muestra de dibujos y nos dimos cuenta que estábamos ante, un conjunto de obras donde el misterio, el presagio y la poesía se conjugaban con lo gestual y se nos ofrecía una obra de arte incuestionable. No obstante, como lo que nos ocupa en este comentario es la muestra expuesta, creemos que lo mejor de todo es que Gabriel supo darle a la escultura convencional “ el tiro de gracia”.
Manuel López Oliva
Pintor y crítico de arte.
Manuel López Oliva
Pintor y crítico de arte.
Gabriel Gutiérrez y su obra
La obra de Gabriel Gutiérrez nos ofrece una visión amplia del movimiento expresionista en el cual se inserta. Convertido en un cronista de su tiempo ha trabajado el drama de la diáspora, no sólo el ir si no el ¨venir¨ a través del recuerdo. La decisión del ¨escape¨ entraña por supuesto una suerte de desafío y enfrentamiento a lo desconocido, es por ello que una pequeña embarcación sola, sin hombre alguno, porque nada superfluo le interesa al artista, se enfrenta a ese enorme espacio amenazador. En otros casos es la luz de un faro que en su eterna soledad emite algún destello como una posible guía ¿visión más optimista? del posible retorno o llegada a un punto de partida, pero siempre remitiéndonos a su insularidad. Son preocupaciones existenciales de este artista que conoce de esta suerte de avatares por las que atraviesa el hombre cuando debe enfrentarse al azar, optando por una forma de expresión despojada de adornos, haciendo énfasis en la composición del cuadro en una unidad de tensiones.
Las problemáticas interiores del artista, representadas plásticamente así, superan una identidad propia de expresivo vigor, donde naturalezas muertas y paisajes nos trasmiten climas de melancolía, desolación, opresión, vacío y nostalgia, esta última tratada de manera muy singular en los objetos que formaron parte de la vida del hombre y que de una u otra manera le pertenecerán para siempre, es así como taburetes, mesas, sillas, embarcaciones, y otros símbolos, formaran siempre su más arraigado concepto de nación y por ende su más valiosa fortuna.
No es un paisajista en el sentido tradicional del término. En su obra el paisaje es un medio y no un fin, constituye un símbolo que expresa muchos significados, economía de recursos formales, vasta lectura conceptual y filosófica sobre la memoria de la nostalgia y la soledad. La ausencia premeditada de figuras nos sumerge en la calidad emocional a través de un juego de imágenes semánticas y pictóricas potenciadas por su manera casi acromática de emplear el color sólo allí donde sea indispensable, lo que nos despierta múltiples evocaciones.
Según Joel Jover, pintor y crítico de arte, ¨ … su papel de artista comprometido con su tiempo es el de alertar lo que se avecina, otra vez el artista premonitorio, otra vez ha de hablar en claves de cosas que no conocíamos y que después conocimos.¨
Gabriel, cubano de pies a cabeza no se complace en visiones folclóricas que demuestren su origen, su obra es universal, abarcadora y por eso nacional.
Las problemáticas interiores del artista, representadas plásticamente así, superan una identidad propia de expresivo vigor, donde naturalezas muertas y paisajes nos trasmiten climas de melancolía, desolación, opresión, vacío y nostalgia, esta última tratada de manera muy singular en los objetos que formaron parte de la vida del hombre y que de una u otra manera le pertenecerán para siempre, es así como taburetes, mesas, sillas, embarcaciones, y otros símbolos, formaran siempre su más arraigado concepto de nación y por ende su más valiosa fortuna.
No es un paisajista en el sentido tradicional del término. En su obra el paisaje es un medio y no un fin, constituye un símbolo que expresa muchos significados, economía de recursos formales, vasta lectura conceptual y filosófica sobre la memoria de la nostalgia y la soledad. La ausencia premeditada de figuras nos sumerge en la calidad emocional a través de un juego de imágenes semánticas y pictóricas potenciadas por su manera casi acromática de emplear el color sólo allí donde sea indispensable, lo que nos despierta múltiples evocaciones.
Según Joel Jover, pintor y crítico de arte, ¨ … su papel de artista comprometido con su tiempo es el de alertar lo que se avecina, otra vez el artista premonitorio, otra vez ha de hablar en claves de cosas que no conocíamos y que después conocimos.¨
Gabriel, cubano de pies a cabeza no se complace en visiones folclóricas que demuestren su origen, su obra es universal, abarcadora y por eso nacional.
Y SE HIZO LA LUZ, por Marcos Tamames Henderson
Cuando se tornan impostergables las exigencias de las galerías con las que Gabriel Gutiérrez mantiene vínculos dentro y fuera de la isla todo en la casa se transforma. La habitación que le sirve de taller le resulta pequeña para una danza, que por franca, espontánea y familiar, pudiera terminar inquietando al coreógrafo entrenado en presuponer un texto definitivo; y es que Gabriel, en tanto hacedor está siempre presto a escuchar los reclamos de las piezas que van cobrando vida ante él. Seguro en el dibujo y las soluciones volumétricas, elementos formales en los que sin duda es una autoridad, el autor se niega a mantener un orden preestablecido, lo cual sería completamente ajeno a su personalidad; en su lugar se impone una dinámica ligada a la praxis creativa y a un desenfadado divertimento. Así con intrínseca fuerza, lienzos en bastidores, lápices, carboncillos y pinturas, pinceles y brochas, terminan por compartir la exacerbación de la creación misma. Todos y cada uno de estos elementos ceden, demandan o tropiezan en un minúsculo sitio.
Paradójicamente, en el espacio galerístico, en contacto con el público, el cuadro ofrece una unidad redonda, como si atesorara horas de bocetos, de pensar y repensar el sentimiento de cada detalle, de ahí el don que poseen de atrapar la atención del espectador, conduciéndole desde la simple curiosidad hasta insondables reflexiones. El referido divertimento, inalienable cómplice del autor, aparece a la caza de una broma o de una suspicaz lectura que conllevarán a otros planos de interpretaciones. Ante un cuadro de Gabriel es común pasar de la identificación de lo incuestionable a la sobrecogedora dosis de una esotérica atmósfera cuyas claves, por cotidianas, tardarán en ser reconocidas. Bastará un minuto en silenciosa compañía con una de estas piezas para sentirse parte de ella, para escuchar el sonido de la luz por encima del faro; las campanadas más allá de las torres o la deliciosa conversación que desborda la robustez de la mesa y los tradicionales taburetes. Gabriel invita a la risa desde las formas, pero como buen cubano, nos deja las esencias del mundo circundante, conquista que alcanza por la honestidad del oficio. Sabe que trabaja el mundo de las imágenes, que toda obra de arte es un sistema de signos cuya trascendencia dependerá en gran medida del ámbito cultural en que vivan sus lectores, como también es de su dominio, por experiencia propia, que siempre habrá un individuo dispuesto a buscar, como él mismo, más que el faro y la luz, el barco; más que la insularidad, el continente. En lugar de los más abrumadores y globales conceptos, ha quedado atrapada en estos lienzos la inmediatez en su pequeñez y es que, a fin de cuentas, sólo en las partes está el todo. El objeto identificado, o tal vez la sutil o descarada escena humorística que sugiere la relación objetual, con sólo atisbos del aura profundamente humana que acompaña esta muestra.
Marcos Antonio Tamames Henderson
Julio 2006
Paradójicamente, en el espacio galerístico, en contacto con el público, el cuadro ofrece una unidad redonda, como si atesorara horas de bocetos, de pensar y repensar el sentimiento de cada detalle, de ahí el don que poseen de atrapar la atención del espectador, conduciéndole desde la simple curiosidad hasta insondables reflexiones. El referido divertimento, inalienable cómplice del autor, aparece a la caza de una broma o de una suspicaz lectura que conllevarán a otros planos de interpretaciones. Ante un cuadro de Gabriel es común pasar de la identificación de lo incuestionable a la sobrecogedora dosis de una esotérica atmósfera cuyas claves, por cotidianas, tardarán en ser reconocidas. Bastará un minuto en silenciosa compañía con una de estas piezas para sentirse parte de ella, para escuchar el sonido de la luz por encima del faro; las campanadas más allá de las torres o la deliciosa conversación que desborda la robustez de la mesa y los tradicionales taburetes. Gabriel invita a la risa desde las formas, pero como buen cubano, nos deja las esencias del mundo circundante, conquista que alcanza por la honestidad del oficio. Sabe que trabaja el mundo de las imágenes, que toda obra de arte es un sistema de signos cuya trascendencia dependerá en gran medida del ámbito cultural en que vivan sus lectores, como también es de su dominio, por experiencia propia, que siempre habrá un individuo dispuesto a buscar, como él mismo, más que el faro y la luz, el barco; más que la insularidad, el continente. En lugar de los más abrumadores y globales conceptos, ha quedado atrapada en estos lienzos la inmediatez en su pequeñez y es que, a fin de cuentas, sólo en las partes está el todo. El objeto identificado, o tal vez la sutil o descarada escena humorística que sugiere la relación objetual, con sólo atisbos del aura profundamente humana que acompaña esta muestra.
Marcos Antonio Tamames Henderson
Julio 2006
Señales de Soledad, por Toni Piñera
De la Serie Faros I. Ténica: mixta/lienzo. Dimensión: 208x120 cms. Año: 2006
Conversación al Mediodía. Dela Serie Faros. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 153x93 cm. Año: 2006
Conversación al Mediodía. Dela Serie Faros. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 153x93 cm. Año: 2006
No hay dudas. Es una pintura enigmática. Tonos, formas y tema se comunican por los laberintos de la soledad y atrapan al espectador. Porque ese sentimiento humano que vive dentro de casi todos nosotros, el destacado artista lo plasma, de forma original, en sus cuadros.
Gabriel Gutiérrez (Camaguey, 1945), pintor, escultor, dibujante, pero sobre todo, el que ha entregado su magisterio a lo largo de las últimas décadas, y ha dejado sus huellas en nombres cimeros de la plástica cubana actual: Joel Jover, Agustín Bejarano, Aisar Jalil, Esterio Segura, Aziyadé Ruiz, Kadir López y Franklin y Marcos Castillo (Los Carpinteros)… se paseó recientemente por La Habana (Galería La Acacia) con la exposición Otras señales, que marcó su regreso, luego de décadas sin exponer en la capital. Precisamente, con una muestra de esa misma serie titulada Y se hizo la luz, celebró en su ciudad natal, el Premio Fidelio Ponce por la obra de toda la vida, que recayó en su primera edición (2005) en este creador, y no por azar.
Gabriel Gutiérrez, no es un paisajista en el sentido tradicional del término. En su obra, el paisaje es un medio, y no un fin, constituye un símbolo que expresa muchos significados. Y en estas piezas hay una manera singular de atraparlo, a través de las edificaciones, en las que el artista se las ingenia para plasmar la distancia mediante la lógica neblina del tiempo. Realidad irreal e irrealidad real inundan sus creaciones que se distinguen por la economía de recursos formales y tonales, a la par de su vasta lectura conceptual y filosófica sobre la memoria de la nostalgia, y en este instante, la soledad.
Sus obras, son espacios bidimensionales, infinitos, que no difunden respuesta, sino muchas inquietudes e interrogantes. Mientras que con el color, la monumentalidad, la amplitud claustrofóbica, la ausencia premeditada de figuras, se sumerge en la calidad emocional. El logra siempre volatilizar el espacio, desmaterializarlo, hacerlo subjetivo, y al mismo tiempo corporeizar el tiempo, convertirlo en algo físico, perceptible, palpable. Sus formas son sólidas y sus contornos netos; estas se alzan ante nuestra vista plenas de vitalidad para comunicarnos un mensaje
Frente a sus creaciones pictóricas, el espectador se conmueve por tantos enigmas de creación. Como vistos en la noche del tiempo, sus trabajos enfocan parajes remotos que construye en su mente y luego arma sobre las telas. El pinta lo que ven sus ojos —incluso en la mente— y establece un juego de imágenes semánticas y pictóricas que despiertan en quien las observa múltiples evocaciones.
Si observamos con detenimiento sus piezas, cada una de las representaciones que se disuelven e interpelan en los distintos planos poseen una naturaleza conceptual. Tal movimiento es consecuencia de las inquietudes plásticas del artista en su afán por explorar el dibujo y la línea -centro de sus experimentos pictóricos- junto al valor de las manchas de colores y pinceladas sueltas, sobre las superficies en que indistintamente crea, para así constituir un rico y diversificado arsenal de formas que dinamicen su discurso visual conceptual y estético.
El artista, comentó, acerca de su obra actual que para él, el objeto y su apariencia es fundamental. En la muestra Otras señales, no es el sentido etimológico de la palabra señal, a lo que alude, sino a aquello que pudiera evocar la soledad: el vacío de ese elemento-objeto en un espacio que resulta abrumadoramente grande, no es el signo de la luz que emite como posible guía a un destino, sino el misterio de esa figura hierática, sola, terriblemente sola (el faro) en medio de ese espacio. Entonces, la acompaña de otro elemento sugerente (la esfera) que resulta todo lo que nos amenaza, algo que está por suceder… Para decirnos, desde su peculiar lenguaje, se mueve dentro de la nueva-figuración, con ciertos tintes de surrealismo y neo-expresionismo para tratar, en lo posible de ofrecer una visión muy personal de aquellas cosas que le compulsan al acto de la creación.
En la actualidad, la obra de arte es el vehículo de expresión de los temas referidos a las más íntimas vivencias del creador. Y la pintura constituye una suerte de descarga emocional, que desata una rica e intensa comunicación con el receptor. Gabriel Gutiérrez -graduado de Artes Plásticas en la especialidad de dibujo y escultura (1968) y Licenciado de Artes Plásticas en el ISA (1991) — construye una obra que contiene muchos impactos rotundos, muchos puntos de fascinación. La mejor valía de esos trabajos surge de la conjugación de vectores matizadamente distintos. La suntuosa intuición plástica que permite al artista resolver sus apuestas con una secreta riqueza y elegancia de efectos, así como la habilidad, su vertiente más bronca. Todo cuanto se mueve en la fascinante obra del creador –sea en pintura, dibujo o escultura-, no es más que lo que la mirada pone en relación: signos, atisbos, señales que llegan desde el tiempo.
Gabriel Gutiérrez (Camaguey, 1945), pintor, escultor, dibujante, pero sobre todo, el que ha entregado su magisterio a lo largo de las últimas décadas, y ha dejado sus huellas en nombres cimeros de la plástica cubana actual: Joel Jover, Agustín Bejarano, Aisar Jalil, Esterio Segura, Aziyadé Ruiz, Kadir López y Franklin y Marcos Castillo (Los Carpinteros)… se paseó recientemente por La Habana (Galería La Acacia) con la exposición Otras señales, que marcó su regreso, luego de décadas sin exponer en la capital. Precisamente, con una muestra de esa misma serie titulada Y se hizo la luz, celebró en su ciudad natal, el Premio Fidelio Ponce por la obra de toda la vida, que recayó en su primera edición (2005) en este creador, y no por azar.
Gabriel Gutiérrez, no es un paisajista en el sentido tradicional del término. En su obra, el paisaje es un medio, y no un fin, constituye un símbolo que expresa muchos significados. Y en estas piezas hay una manera singular de atraparlo, a través de las edificaciones, en las que el artista se las ingenia para plasmar la distancia mediante la lógica neblina del tiempo. Realidad irreal e irrealidad real inundan sus creaciones que se distinguen por la economía de recursos formales y tonales, a la par de su vasta lectura conceptual y filosófica sobre la memoria de la nostalgia, y en este instante, la soledad.
Sus obras, son espacios bidimensionales, infinitos, que no difunden respuesta, sino muchas inquietudes e interrogantes. Mientras que con el color, la monumentalidad, la amplitud claustrofóbica, la ausencia premeditada de figuras, se sumerge en la calidad emocional. El logra siempre volatilizar el espacio, desmaterializarlo, hacerlo subjetivo, y al mismo tiempo corporeizar el tiempo, convertirlo en algo físico, perceptible, palpable. Sus formas son sólidas y sus contornos netos; estas se alzan ante nuestra vista plenas de vitalidad para comunicarnos un mensaje
Frente a sus creaciones pictóricas, el espectador se conmueve por tantos enigmas de creación. Como vistos en la noche del tiempo, sus trabajos enfocan parajes remotos que construye en su mente y luego arma sobre las telas. El pinta lo que ven sus ojos —incluso en la mente— y establece un juego de imágenes semánticas y pictóricas que despiertan en quien las observa múltiples evocaciones.
Si observamos con detenimiento sus piezas, cada una de las representaciones que se disuelven e interpelan en los distintos planos poseen una naturaleza conceptual. Tal movimiento es consecuencia de las inquietudes plásticas del artista en su afán por explorar el dibujo y la línea -centro de sus experimentos pictóricos- junto al valor de las manchas de colores y pinceladas sueltas, sobre las superficies en que indistintamente crea, para así constituir un rico y diversificado arsenal de formas que dinamicen su discurso visual conceptual y estético.
El artista, comentó, acerca de su obra actual que para él, el objeto y su apariencia es fundamental. En la muestra Otras señales, no es el sentido etimológico de la palabra señal, a lo que alude, sino a aquello que pudiera evocar la soledad: el vacío de ese elemento-objeto en un espacio que resulta abrumadoramente grande, no es el signo de la luz que emite como posible guía a un destino, sino el misterio de esa figura hierática, sola, terriblemente sola (el faro) en medio de ese espacio. Entonces, la acompaña de otro elemento sugerente (la esfera) que resulta todo lo que nos amenaza, algo que está por suceder… Para decirnos, desde su peculiar lenguaje, se mueve dentro de la nueva-figuración, con ciertos tintes de surrealismo y neo-expresionismo para tratar, en lo posible de ofrecer una visión muy personal de aquellas cosas que le compulsan al acto de la creación.
En la actualidad, la obra de arte es el vehículo de expresión de los temas referidos a las más íntimas vivencias del creador. Y la pintura constituye una suerte de descarga emocional, que desata una rica e intensa comunicación con el receptor. Gabriel Gutiérrez -graduado de Artes Plásticas en la especialidad de dibujo y escultura (1968) y Licenciado de Artes Plásticas en el ISA (1991) — construye una obra que contiene muchos impactos rotundos, muchos puntos de fascinación. La mejor valía de esos trabajos surge de la conjugación de vectores matizadamente distintos. La suntuosa intuición plástica que permite al artista resolver sus apuestas con una secreta riqueza y elegancia de efectos, así como la habilidad, su vertiente más bronca. Todo cuanto se mueve en la fascinante obra del creador –sea en pintura, dibujo o escultura-, no es más que lo que la mirada pone en relación: signos, atisbos, señales que llegan desde el tiempo.
TONI PIÑERA
Por Joel Jover, pintor y crítico de arte
Paisaje VI. Técnica: mixta/lienzo. Dimensión: 120x100 cms. Año: 2008
Paisaje V. Técnica mixta/lienzo. Dimensión: 153x93 cms. Año: 2008
Noche Buena. Técnica: mixta/lienzo. Dimensión: 290x142 cm. Año: 2007
De la Serie Sueños II. Técnica: óleo/lienzo. Dimensión: 216x115 cm. Año: 2005
Paisaje XII. Técnica: óleo/lienzo. Dimensión: 100x80 cm. Año: 2004
Si hace algunos años la obra de Gabriel Gutiérrez Vázquez apuntaba directamente a develarnos la verdadera faz del desamparo, ahora parece estar dirigida sobretodo a hablarnos sobre la soledad del hombre y su falta de corporeidad.
Así, casi toda su obra de este último período se refiere a las cosas que pertenecen o pertenecieron al hombre, es un mundo de soledad total, donde la presencia humana se intuye como cosa del pasado, el tiempo tal como lo entendemos se ha congelado, nada humano existe ya, es el día de la hecatombe donde los objetos son el sujeto de la atención y donde ellos toman el protagonismo a falta de sus progenitores, es un mundo objetual, donde cada cosa, parece haber sido dejado sólo un momento antes por su dueño.
Podemos decir que el autor se retoma a si mismo, aludiendo a obras de su pasado pop ó quizás a una especie de obsesión no resuelta que vuelve una y otra vez a los sueños del artista; lo cierto es que éste es un mundo fantasmagórico, donde el hombre es el vacío del hombre y donde la criatura humana aparece conformada en su apariencia por las cosas materiales, no es el hombre, es su vacío, es su apariencia lo que nos muestra el artista, como acentuando aún más el sentimiento de soledad tan caro a pintores como De Chirico o Ensor.
Sin duda esta muestra de pintura que abarca parte de la producción del artista e los últimos años, es un paso más, y muy firme por cierto en la solución del enigma que el propio autor se ha planteado como fundamento de su obra: ¿qué queda del hombre? Es una apariencia humana y las cosas que acumula en su vida, su verdadera esencia, o es solamente la trampa que la existencia misma le tiende a la persona humana.
Por estos caminos donde el autor ha transitado siempre con una preocupación y una sonrisa, pudiera decirse que no le ha sido fácil ni agradable, pero sin dudas Gabriel ha logrado dominar a sus demonios y presentárnoslo en la forma agradable que poseen sus obras.
Joel Jover
Pintor y crítico de arte
Así, casi toda su obra de este último período se refiere a las cosas que pertenecen o pertenecieron al hombre, es un mundo de soledad total, donde la presencia humana se intuye como cosa del pasado, el tiempo tal como lo entendemos se ha congelado, nada humano existe ya, es el día de la hecatombe donde los objetos son el sujeto de la atención y donde ellos toman el protagonismo a falta de sus progenitores, es un mundo objetual, donde cada cosa, parece haber sido dejado sólo un momento antes por su dueño.
Podemos decir que el autor se retoma a si mismo, aludiendo a obras de su pasado pop ó quizás a una especie de obsesión no resuelta que vuelve una y otra vez a los sueños del artista; lo cierto es que éste es un mundo fantasmagórico, donde el hombre es el vacío del hombre y donde la criatura humana aparece conformada en su apariencia por las cosas materiales, no es el hombre, es su vacío, es su apariencia lo que nos muestra el artista, como acentuando aún más el sentimiento de soledad tan caro a pintores como De Chirico o Ensor.
Sin duda esta muestra de pintura que abarca parte de la producción del artista e los últimos años, es un paso más, y muy firme por cierto en la solución del enigma que el propio autor se ha planteado como fundamento de su obra: ¿qué queda del hombre? Es una apariencia humana y las cosas que acumula en su vida, su verdadera esencia, o es solamente la trampa que la existencia misma le tiende a la persona humana.
Por estos caminos donde el autor ha transitado siempre con una preocupación y una sonrisa, pudiera decirse que no le ha sido fácil ni agradable, pero sin dudas Gabriel ha logrado dominar a sus demonios y presentárnoslo en la forma agradable que poseen sus obras.
Joel Jover
Pintor y crítico de arte
Palabras por la Dra. Helena Rodrigues dos Santos
Viento a Favor. Técnica: Mixta/Lienzo. Dimensión: 130x100cm/Año: 2001
(Colección Museo de Arte Moderno Évora. Portugal)
(Colección Cámara Municipal de Lisboa, Portugal)
(Colección Museo Ignacio Agramonte. Camagüey, Cuba)
La creación del artista se modula en el tiempo y el espacio, se definen los contornos de la realidad geográfica, política y social, más no es sólo esto. De la realidad interior del artista y de la dinámica del diálogo que se establece con el exterior, se teje la urdidura de una trama significante de ritmos, formas y colores que hacen del objeto artístico un lenguaje estético universal que comporta en si, simultánemamente la matriz del autor.
La obra pictórica de Gabriel Gutiérrez, representada aquí profusamente, nos da una visión amplia del movimiento expresionista en el cual se inserta una alianza estrecha con los círculos literarios, movidos por un mismo ideal, de rotura con el arte institucional, a favor de la libertad y de la creatividad reconocidas como atributos esenciales de la condición humana.
El artista asume esa postura reivindicativa del arte que no se compadece con manipulaciones exteriores y se impone por la simplificación e intensificación de las formas de expresión. Opta por una pintura despojada de adornos cuyo énfasis se coloca en la bidimensionalidad de las superficies y se concentra en el plano del cuadro, ligando las masas y planos en una unidad de tensiones.
Las problemáticas interiores representadas plásticamente así, recuperan una identidad propia de expresivo vigor. Naturalezas muertas y paisajes trasmiten climas de melancolía, desolación, opresión o vacío, potenciados por contornos diseñados con colores oscuros, con áreas de colores vivos contenidos a propósito o de casi ausencia de color, resaltando la calidad estática y la severidad de las composiciones tanto como el sentido simbólico.
Dra. Helena Rodrigues dos Santos
Crítica de arte
La obra pictórica de Gabriel Gutiérrez, representada aquí profusamente, nos da una visión amplia del movimiento expresionista en el cual se inserta una alianza estrecha con los círculos literarios, movidos por un mismo ideal, de rotura con el arte institucional, a favor de la libertad y de la creatividad reconocidas como atributos esenciales de la condición humana.
El artista asume esa postura reivindicativa del arte que no se compadece con manipulaciones exteriores y se impone por la simplificación e intensificación de las formas de expresión. Opta por una pintura despojada de adornos cuyo énfasis se coloca en la bidimensionalidad de las superficies y se concentra en el plano del cuadro, ligando las masas y planos en una unidad de tensiones.
Las problemáticas interiores representadas plásticamente así, recuperan una identidad propia de expresivo vigor. Naturalezas muertas y paisajes trasmiten climas de melancolía, desolación, opresión o vacío, potenciados por contornos diseñados con colores oscuros, con áreas de colores vivos contenidos a propósito o de casi ausencia de color, resaltando la calidad estática y la severidad de las composiciones tanto como el sentido simbólico.
Dra. Helena Rodrigues dos Santos
Crítica de arte
Exposición Señales, por Dr. Eduardo Albert Santos. Agosto del 2005
De la Serie Juegos IV. Técnica: mixta/lienzo. Dimensión: 153x93 cms. Año: 2003
Serie Desde mi Universo. Paisaje II. Técnica: óleo/lienzo. Dimensión: 120x95 cms. Año: 2003
Mi ciudad. Técnica: óleo/lienzo. Dimensión: 208x120 cm. Año: 2008
Noche Cubana. Técnica Mixta/Lienzo. Dimensión:142x92 cms. Año: 2004
Palabras al Catálogo
Con el pretexto de sus 60 cumpleaños, Gabriel Gutiérrez Vázquez nos da la oportunidad de apreciar una significativa muestra de sus pinturas. Algunas de ellas pueden ser reconocidas por los que han podido seguir su creación en los últimos años. Otras, datan de más reciente fecha y se confrontan a la recepción en nuestro ámbito por vez primera. El conjunto pretende de este modo seguir las huellas de una de las producciones artísticas más emblemáticas en el medio local, que ha logrado merecido reconocimiento nacional e internacional. Su creador, querido y apreciado por los que hace años comparten sueños, se nos hace así más cercano a los que, en amplio espectro d edades hemos tenido el privilegio de conocerle más acá e intentamos la intelección de su imaginario visual, a partir del disfrute de sus enigmáticas formas y composiciones.
El repertorio iconográfico de Gabriel es, en efecto, enigmático. La esfera, la mesa, la silla, el barquito de papel, el cubo son los recursos simbólicos que más se reiteran en sus naturalezas muertas y paisajes; mediante ellos el maestro nos conduce a una suerte de universo onírico, en el que aquellos que operan con sustitutos antropomórficos de la ausente figura humana, a la que tanto se alude con insistencia. Y es que a mi modo de ver, el repertorio de Gabriel pudiera reducirse al hombre, al tiempo que paradójicamente se desnuda, expande y proyecta en los mencionados signos de su presencia_ausencia, para articular eso que Joel calificó con acierto como el discurso del desamparo.
Melancolía, soledad, opresión, vacío. A tales términos se ha apelado por críticos locales y extranjeros para interpretar las imágenes agresivas de Gabriel. No hay duda en que su aparente distensión, dichas proyecciones visuales son en puridad antinómicas. Nos ponen ante los tópicos existenciales más candentes, relativos al conflicto, nada apacible, drama de la condición humana en el espacio y el tiempo, tan lleno de incertidumbres y avatares, muchas veces lacerantes.
Semejante espectáculo se presenta con fuerza expresiva singular mediante el protagonismo del color. El sugerente contraste de los claroscuros, de lo refulgente y lo contenido, de las asimetrías cromáticas, engendra en las telas del creador una atmósfera realmente sobrecogedora, que subraya lo imprevisible.
En no pocas piezas incorporadas a esta muestra, el artista apuesta a la incerteza de los límites. Se percibe enfáticamente en aquellas en que los bordes de una u otra superficie o volumen parece restringir o contener, marcar fronteras, sugerir la nada. De alguna forma estos artilugios compositivos y sus correspondientes dispositivos alegóricos están rozando los discursos filosóficos del ser, cuestionados o restituidos en las aventuras de las racionalidades del pasado siglo. El juego con el límite, con esos raros placeres asociados al miedo por el extravío o el peligro, constituye, al decir de Omar Calíbrese, uno de los expedientes morfológicos que respiran y cristalizan el aire de este tiempo incierto de la humana contemporaneidad. Pero ha sido, no olvidarlo, una de las más recurrentes temáticas en la tradición artística del occidente.
El artista, no tengo dudas, convoca en sus obras a su propia memoria. A su personal “ mundo de la vida”, en el que se registran inquietudes y viscisitudes que quizás de este modo quiera exorcisar, para liberarse y liberarnos. Conversando con él, hace sólo unos días atrás, pude percatarme de su capacidad para trocar en jubileo un estado de ánimo nada feliz. De pronto, tras signos evidentes de molestia y cansancio, con amenazas incluso de posposiciones de esta muestra, le ví erguirse y tramar entusiasmado la posible museografía de la misma. Minutos después sellado el pacto curatorial, su rostro se iluminaba al narrarme su encuentro directo con obras de Velásquez, Goya, Lichtenstein. Su admiración por los maestros del pasado o de más reciente producción, la apreciación enjundiosa de sus conquistas formales, preceptuales o semióticas de las que se se siente deudor de uno u otro modo, me confirmaron la talla del artista y del hombre sensible e inteligente que ya había constatado.
No es pertinente aquí dibujar en detalle el ya extenso arco de su producción. En las telas o cartulinas de esta exposición pueden apreciarse mucho mejor sus inquietudes estéticas y el alcance de su poética personal, que resume las primeras seis décadas de fecunda experiencia vital.
Dr. Eduardo Albert Santos
Con el pretexto de sus 60 cumpleaños, Gabriel Gutiérrez Vázquez nos da la oportunidad de apreciar una significativa muestra de sus pinturas. Algunas de ellas pueden ser reconocidas por los que han podido seguir su creación en los últimos años. Otras, datan de más reciente fecha y se confrontan a la recepción en nuestro ámbito por vez primera. El conjunto pretende de este modo seguir las huellas de una de las producciones artísticas más emblemáticas en el medio local, que ha logrado merecido reconocimiento nacional e internacional. Su creador, querido y apreciado por los que hace años comparten sueños, se nos hace así más cercano a los que, en amplio espectro d edades hemos tenido el privilegio de conocerle más acá e intentamos la intelección de su imaginario visual, a partir del disfrute de sus enigmáticas formas y composiciones.
El repertorio iconográfico de Gabriel es, en efecto, enigmático. La esfera, la mesa, la silla, el barquito de papel, el cubo son los recursos simbólicos que más se reiteran en sus naturalezas muertas y paisajes; mediante ellos el maestro nos conduce a una suerte de universo onírico, en el que aquellos que operan con sustitutos antropomórficos de la ausente figura humana, a la que tanto se alude con insistencia. Y es que a mi modo de ver, el repertorio de Gabriel pudiera reducirse al hombre, al tiempo que paradójicamente se desnuda, expande y proyecta en los mencionados signos de su presencia_ausencia, para articular eso que Joel calificó con acierto como el discurso del desamparo.
Melancolía, soledad, opresión, vacío. A tales términos se ha apelado por críticos locales y extranjeros para interpretar las imágenes agresivas de Gabriel. No hay duda en que su aparente distensión, dichas proyecciones visuales son en puridad antinómicas. Nos ponen ante los tópicos existenciales más candentes, relativos al conflicto, nada apacible, drama de la condición humana en el espacio y el tiempo, tan lleno de incertidumbres y avatares, muchas veces lacerantes.
Semejante espectáculo se presenta con fuerza expresiva singular mediante el protagonismo del color. El sugerente contraste de los claroscuros, de lo refulgente y lo contenido, de las asimetrías cromáticas, engendra en las telas del creador una atmósfera realmente sobrecogedora, que subraya lo imprevisible.
En no pocas piezas incorporadas a esta muestra, el artista apuesta a la incerteza de los límites. Se percibe enfáticamente en aquellas en que los bordes de una u otra superficie o volumen parece restringir o contener, marcar fronteras, sugerir la nada. De alguna forma estos artilugios compositivos y sus correspondientes dispositivos alegóricos están rozando los discursos filosóficos del ser, cuestionados o restituidos en las aventuras de las racionalidades del pasado siglo. El juego con el límite, con esos raros placeres asociados al miedo por el extravío o el peligro, constituye, al decir de Omar Calíbrese, uno de los expedientes morfológicos que respiran y cristalizan el aire de este tiempo incierto de la humana contemporaneidad. Pero ha sido, no olvidarlo, una de las más recurrentes temáticas en la tradición artística del occidente.
El artista, no tengo dudas, convoca en sus obras a su propia memoria. A su personal “ mundo de la vida”, en el que se registran inquietudes y viscisitudes que quizás de este modo quiera exorcisar, para liberarse y liberarnos. Conversando con él, hace sólo unos días atrás, pude percatarme de su capacidad para trocar en jubileo un estado de ánimo nada feliz. De pronto, tras signos evidentes de molestia y cansancio, con amenazas incluso de posposiciones de esta muestra, le ví erguirse y tramar entusiasmado la posible museografía de la misma. Minutos después sellado el pacto curatorial, su rostro se iluminaba al narrarme su encuentro directo con obras de Velásquez, Goya, Lichtenstein. Su admiración por los maestros del pasado o de más reciente producción, la apreciación enjundiosa de sus conquistas formales, preceptuales o semióticas de las que se se siente deudor de uno u otro modo, me confirmaron la talla del artista y del hombre sensible e inteligente que ya había constatado.
No es pertinente aquí dibujar en detalle el ya extenso arco de su producción. En las telas o cartulinas de esta exposición pueden apreciarse mucho mejor sus inquietudes estéticas y el alcance de su poética personal, que resume las primeras seis décadas de fecunda experiencia vital.
Dr. Eduardo Albert Santos
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